lunes, 13 de mayo de 2013

El Sarong



Cuando un objeto de uso cotidiano se transforma en un efectivo sistema de defensa personal.

            Dicen los entendidos que uno de los mayores rasgos de inteligencia es saber adaptarse al entorno. Los artistas marciales estamos totalmente de acuerdo con esta afirmación, muchos sabemos que una Tonfa en sus orígenes era un asa para hacer girar una rueda de molino y un Nunchaku o Tabak-Toyok, en filipinas, era con ligeras modificaciones un utensilio usado para desgranar el arroz.

             En esos tiempos remotos portar un “arma” de este tipo no despertaba sospechas, pero hoy en día sí, e incluso podrían multarnos por llevarla. Lo que sí podemos hacer es utilizar el mismo tipo de inteligencia que llevó a los indonesios a trasformar el pareo de su traje tradicional en un efectivo sistema de defensa personal. Y utilizar nuestras bufandas, cinturones e incluso nuestra ropa suelta con las contundentes técnicas desarrolladas por el Silat y adaptadas a nuestro estilo.

              Las técnicas de Sarong, incluyen maniobras para bloquear, desarmar, golpear y asfixiar al oponente que queda atrapado en esta letal telaraña. El secreto de las técnicas está en aprovechar la flexibilidad del arma que envuelve las extremidades del agresor, hasta eliminar su movilidad… como si llevase unas esposas muy especiales, porque el largo del Sarong nos permite llegar al cuello sin soltar las muñecas.

              Hay muchas técnicas de Sarong que podemos practicar para que nuestro cuerpo se acostumbre a sus movimientos, pero los expertos aseguran que el secreto está en practicar y practicar una y otra vez, hasta que las técnicas surjan de forma natural.

              Te invitamos a practicar estas técnicas con un compañero, pero suavemente, porque al sentir su contundencia en tus muñecas no volverás a ver nunca más a una bufanda como una simple bufanda.

Raúl Ceppi Astudillo.

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